De sexualidad y otros demoníos...

El más profundo de los secretos es el que se desarrolla en el interior del cuerpo.
Elías Canetti

Cada uno de nosotros dará una interpretación diferente a la frase citada, dirán de que “pinche secreto” hablará Flora…a veces creemos saber todo lo que pasa en nuestro cuerpecillo, pero a veces uno anda dando, dando y acabando en un montón de cosas que se desprenden de nuestra ignorancia en base a nuestro cuerpo. Si bien las mujeres estamos limitadas en muchos aspectos de la vida, culturales, económicos, laborales, sexuales, etc., etc…

Muchas de nosotras no se nos ha permitido una educación sexual abierta. Todo lo que es “sexual” es un tabú en nuestra sociedad. Ahora que he trabajado con muchas mujeres, me he dado cuenta que no conoce el funcionamiento de su cuerpo, parece increíble que hayan niñas violadas que ni siquiera saben que poseen un cuerpo el cual puede dar vida, desconocen por completo que es lo que realmente sucede en ellas cuando quedan embarazadas, y ustedes pueden decir: “cómo madres” no van a saber, pues es algo que ni yo misma me lo explico.

Si bien a las mujeres se nos han prohibido nuestra sexualidad en muchos aspectos, y no me refiero al simple hecho de “coger”. Debido a la gran influencia de nuestra religión simplemente existen dos “arquetipos” de mujer en nuestra sociedad, el de “María” la madre buena, la virgen, la mujer intachable e intocable y por otro lado “Eva” la mujer mala, la transgresora, la seductora.

Entonces a nosotras nada más se nos permiten dos caminos, el de la buena y el de la mala. Si elegimos el de la buena, nuestra sexualidad irá dirigida a la maternidad y nada más, el acto sexual será excusado por la procreación, y si elegimos el de la mala seremos una “putas” por el simple hecho de disfrutar de nuestro erotismo.

Hace tiempo leí que las mujeres tenemos una vida erótica de aproximadamente 30 años (Perséfone y Freya, pusieron el grito en el cielo), y a esos añitos le quitaremos los días que no “podemos”, y todavía todas las pinches limitaciones sociales. Las mujeres deberíamos aprender y conocer nuestro propio cuerpo. Ya basto de ser objeto de otros y para el placer de otros. El otro nos conoce antes que nosotras mismas; momento, momento que esto va lento!!! Si es nuestro cuerpo, a conocer nuestra sexualidad, se ha dicho!!!. No queremos más “Lupitas” como la de aquella novela de Rosario Castellanos, cuando después de su noche de bodas aparece contenta y la madre le dice: “una señora decente no tiene ningún motivo para ser feliz… y si lo tiene, lo disimula. Hay que tener en cuenta que su inocencia ha sido mancillada, su pudor violado. Ave de sacrificio, ella acaba de inmolarse para satisfacer los brutales apetitos de la bestia”.

Muchas mujeres viven su sexualidad con culpa, y otras ni siquiera la viven. Muy interesante es observar a un cuerpo desnudo, cuando ven a una mujer en la calle con un escote pronunciado, provoca muchos sentimiento y reacciones fisiológicas, verdad muchachotes, pero si ven a una mujer con los senos descubiertos por que están amamantando a un bebé, el cuerpo de aquella mujer deja de ser erótico al llegar a la maternidad, es algo que quizás no lo analizamos, pero a ver es momento de reflexionar cómo la maternidad le da un giro al erotismo femenino.

Pues ahí dejo esto, ya que podría extenderse mucho…